jueves, 30 de agosto de 2007

Cuando un pequeño dato hace estallar tu cabeza

Aparentemente, el Marqués de Sade, libertino y célebre sodomita, y Laura de Noves, la supuesta mujer angélica de Petrarca, pertenecían a la misma familia.

Eso, nada más.

domingo, 26 de agosto de 2007

Post Feliz

¡Confirmado! el 24 de octubre a las 21 hs en el Luna Park.

miércoles, 22 de agosto de 2007

Alegoría de la Rueda

Our wills and fates do so contrary run
That our devices still are overthrown;
(Hamlet, 3.2.208)

En Río Tercero (que en este caso podría ser cualquier otra ciudad del interior del país) existen siempre dos, y no más de dos boliches a la vez. Y ambos están en extremos opuestos de la Rueda de la Fortuna: nunca pueden estar los dos arriba, ni los dos abajo. Nadie sabe cuándo empezó esa lucha eterna, ni cuál fue el primer boliche en abrir, pero supongamos que yo llegué a esa ciudad cuando convivían dos discotecas a las que arbitrariamente (o no) llamaré Hot Point y Recicle. Hot Point era la más antigua, y eso significa que tenía alrededor de quince meses de vida. Recicle recién abría sus puertas de latón y no pasaron más de dos meses antes de que aquél, más viejo, se fundiera y éste quedara como el dueño indiscutido de la noche riotercerense. Pero ese dominio no duraba (porque estos dos son solamente ejemplos) más de unos diez meses. Después de ese tiempo, un nuevo boliche abría sus puertas donde había estado Hot Point, y la gente dejaba de ir a Recicle para volver al predio que habían abandonado sólo poco tiempo atrás. Este movimiento dialéctico (porque el nuevo boliche siempre era una síntesis de los otros dos) duraba eternamente: Recicle fundía y el “nuevo Hot Point” reinaba hasta que abría un “nuevo Recicle”, y así para siempre.
La última vez que fui a Río Tercero experimenté el horror de saber que más de un boliche estaba funcionando a la vez. Crecimiento demográfico. Fin de los tiempos.

jueves, 16 de agosto de 2007

gringos borgeanos

-I-
Una página de internet (norteamericana) dedicada a la literatura organizó en 2003 un concurso que se llamó “Imaginary Book Reviw”, que se presentaba como una invitación a escribir reseñas borgeanas de libros inexistentes.
El certamen se abría con un epígrafe de Borges (“Desvarío laborioso y empobrecedor el de componer vastos libros”… de "El jardín de senderos que se bifurcan") y exhortaba a los lectores y amantes de nuestro Georgie a escribir la reseña (de entre 500 y 1000 palabras) de un libro absolutamente imaginario. Podía tratarse de un libro de ficción o de no ficción y su autor podía ser inventado o real.
El ganador fue un tal Ronald Flanagan, que escribió la reseña de una colección de poemas de William Coraxe, un poeta desconocido cuyos escritos llegan a sus manos gracias a un profesor que, al morir, le deja un disco de Duke Ellington y el libro “Plethora” escrito en caracteres góticos.
Es complicado de contar, aunque se trate de un texto breve. Es borgeano, sí señor.
Otros ganadores incluían una reseña de la novela perdida de Jorge Luis y un comentario sobre libros basados en el Finnegan’s Wake de Joyce, que intentaban experimentar con la lengua, como aquél. Los resultados de esos experimentos ficticios eran, entre otros, un texto en el que aparecían 375 idiomas y trataba sobre la vida de un diplomático nacido en el espacio que reflexionaba, mirando la tierra desde arriba, sobre el intercambio cultural más allá del lenguaje y terminaba muerto cuando su nave chocaba con chatarra espacial.



-II-
Un autor galés llamado Rhys Hughes escribió, también en 2003 un libro de cuentos entitulado A New Universal History of Infamy. Intertextualidad, que le dicen.
No leí el libro así que no puedo opinar demasiado. Lo único que opino es que Rhys Hughes tiene suerte de ser inglés y no argentino, porque si hubiera nacido por estas partes tal vez nunca se habría animado a intentar una cosa así, o tal vez, con agallas de hierro, lo hubiera publicado, para que la crítica y nuestros amados profesores (y compañeros, y otros) se lo destrozaran sin miramientos. No digo que el libro sea malo –como dije, no lo leí- pero pienso que escribir un libro así es más un acto de amor que otra cosa. Sospecho que un homenaje de ese tipo es poco sutil, aunque viva por el muchacho que en esas tierras lluviosas se aventura a leer literatura argentina. Para nosotros, más que nada, ese libro sería una curiosidad.


-III-
Para terminar. Pienso que los argentinos, y sobre todo los académicos, están tan preocupados en pensar la figura de Borges, el legado de Borges, lo que Borges nos dejó, cómo Borges nos cagó la vida a los escritores que nacimos después de Borges, cómo matar a Borges, cómo reconciliarnos con Borges, ¿era facho Borges?, ¿tenía sexo Borges? que se olvidan de disfrutarlo.
¿Por qué nosotros no tenemos de esos concursos literarios a ver quién imita mejor a Borges y quién se ríe mejor de él sin dejar de rendirle homenaje? El humor es un excelente remedio para superar una crisis. Nosotros no nos reímos de nosotros mismos tanto como queremos creer. Tenemos todavía demasiada vergüenza y demasiado miedo al ridículo.


Cualquiera que haya leído Pierre Menard sabe que la imitación es imposible. ¿Por qué, entonces, se preocupan tanto? En el Renacimiento, un ejercicio para los estudiantes universitarios era escribir ensayos copiando el estilo de los diferentes maestros clásicos. No estaría mal hacer el experimento y ver qué sale.*



*Ganirivi a veces lo intenta con Manuel Puig, con resultados dispares. ¡Pero a quién le importa!

martes, 14 de agosto de 2007

Monólogos telefónicos de la abuela -I-

Conversaciones telefónicas absolutamente reales (ningún nombre ha sido alterado)

“Decile a tu mamá, nada más, que llamó Diego de Inglaterra, y dice que vio que mucha gente hacía una peregrinación a Somerset, a una iglesia, pero que no sabía por qué y le llamó la atención. Él se fue al Tibet el año pasado, viste, y ahora está más espirtual, tal vez tenga miedo de morirse pronto (como yo, como todos en la familia) y resulte que existe Dios al final. Entonces yo me fijé en el mapa y después busqué en Internet, y encontré que ahí hay una iglesia que fundó José de Arimatea, y ahí él está enterrado también, y va toda esa gente porque dicen que en su tumba está también enterrado el Santo Grial. Y yo pienso que sí, porque Saladino les tiene que haber dado algo a los cristianos para que se fueran de Jerusalén, y para mí que sí, que les dio el Santo Grial, porque ¿Saladino para qué lo quería? O tal vez les dio oro, mucho oro, porque él tenía de más. Y dicen que José de Arimatea se llevó a Inglaterra una copa con la sangre y otra con el sudor de Cristo. Y dicen que están enterradas ahí, con él, en Somerset, que es lo que yo descubrí buscando en Internet y le mandé un mail contándole. Mirá si lo hubiéramos sabido, podríamos haber pasado por ahí.
Así que decíle a tu mamá que me llame, así le cuento a ella.”

viernes, 10 de agosto de 2007

Jane Austen Quiz II

Esta vez para los muchachos


Which Jane Austen Hero Are You?

You are most like...REV. HENRY TILNEY
(siempre lo supe)

martes, 7 de agosto de 2007

Jane Austen Quiz

hipótesis de presente

¿qué personaje de Jane Austen serías si fueras un personaje de Jane Austen?

I am Elizabeth Bennet!

Take the Quiz here!


Yo, extremadamente satisfecha con el resultado

miércoles, 1 de agosto de 2007

(cuatro) futuros posibles

"Luego reflexionó que la realidad no suele coincidir con las previsiones; con lógica perversa infirió que prever un detalle circunstancial es impedir que éste suceda. Fiel a esa débil magia, inventaba, para que no sucedieran, rasgos atroces; naturalmente, acabó por temer que esos rasgos fueran proféticos."

J.L.Borges, "El milagro secreto"

-I-
Tengo ochenta y tantos años. Vivo en el ático o -para hacerlo menos anglo ya que nadie tiene ático en estas latitudes- en la piecita del fondo (aunque el ático sigue teniendo más misterio) de la casa de mis nietos. Tengo una vieja computadora manual como las que se usaban a principios del siglo XXI. Con ella escribo artículos que salen publicados en una revista que leen algunas personas que, además, me estiman un poco. Tengo el pelo largo y blanco, pero recogido, para crear menos impresión de vieja bruja de película de Kurosawa. Mi marido, el abuelo de mis nietos, murió hace largo rato y con lo que gano de la revista que me publica los artículos aporto a la economía familiar.Mis nietos me aprecian porque les cuento historias, y porque, como todo anciano de origen oriental, trato de molestar lo menos posible, de comer poco, de morirme pronto.

-II-
Vivo en la pequeña Villa en Toscana que me compré con el dinero del único Best-Seller que escribí en mi vida, que afortunadamente sigue vendiendo bien. Traducido a veintisiete idiomas, convertido en una película en la que yo misma participé como directora de casting, fue la única cosa buena que pude crear, además de mis dos hijos varones, luz de mis ojos, uno futbolista, el otro diseñador de modas.
Tengo el pelo corto con muchas canas y uso collares de colores. Como si me fuera encogiendo con el tiempo, me voy pareciendo cada vez más a Yoko Ono, y no me molesta. Mi ex marido, un italiano con muy buen humor, a veces viene a visitarme y nos tomamos unos vinos.

-III-
Después de 2012 y la explosión nuclear de Europa me mudé a Londres, una de las ciudades más baratas del mundo, para ofrecerme como voluntaria en el programa “clones de íconos” y tener el “hijo” –artificialmente inseminado- de S.P. Morrissey, desaparecido bajo las ruinas de lo que era la ciudad de Roma. Ahora tengo cincuenta años, pero todavía conservo algún atractivo. Tengo mucho dinero (soy la “madre” del clon de una estrella) y mi “hijo”, de veintidós, da señales de talento.
Me dedico a descubrir y proteger a jóvenes rockeros en ascenso, que cantan sobre las ruinas de un mundo destruido. Ellos me aprecian aunque a veces sospecho que se ríen de mí a mis espaldas. Uno se enamora un poco de mí pero yo le rompo el corazón: conmigo no tiene futuro. Lo hago por su bien, aunque él nunca lo entienda. Me recuerda al cantante de los Arctic Monkeys cuando era joven y todavía no se había hecho adicto a los cristalitos nucleares después de la explosión. Soy moderadamente feliz.

-IV-
Tengo treinta años. Vivo con mi esposo en una casita con plantas en el patio, que yo riego todas las tardes, cuando cae el sol (para que no se quemen). Tenemos una nena que nació en 2012, a pesar de todas mis dudas sobre el fin del mundo y el calendario Maya. Él escribe, o es inventor, o da clases, o toca la guitarra, o todas esas cosas juntas (ninguna de esas cosas por separado da demasiada plata). No sabemos que somos felices pero de a ratos lo intuimos. Yo estoy un poco triste a veces -aunque no se lo digo- porque no hice muchas de las cosas que querría haber hecho para los treinta. La casa está llena de fotos del viaje alrededor del mundo que hicimos durante un año, para la luna de miel. Todavía tenemos deudas. No me encanta mi trabajo pero pienso que las cosas siempre pueden cambiar para mejor. Tal vez en algún momento descubra que tengo una enfermedad terrible, pero con mucha paciencia y perseverancia logre sobreponerme y vivir largos y felices años. Quizás tener otros dos hijos.