sábado, 29 de mayo de 2010

Mis papás eran unos copados

Una página con fotos viejas de gente. Hasta ahí, poco interesante. Salvo que esas personas ahora son padres. Y las fotos son enviadas por los hijos. Es conmovedor pensar que algún día, tal vez, gente que hoy no existe va a mirar fotos nuestras y va pensar qué jóvenes/lindos/copados éramos.
Me sirve a mí como aprendizaje, porque siempre odio como salgo en las fotos. Pero miro fotos viejas y pienso "no estaba tan mal"...

myparentswereawesome.tumblr.com

La ciencia y yo: tres ejemplos

1- Hay un barco gigante en el pedazo de río que veo desde la ventana. Lo percibo moviéndose y empiezo a creer en la redondez de la tierra.

2- Sólo comprendí de verdad las fracciones cuando leí Moby Dick; un libro tan gordo que me permitía, al ir avanzando, entender las infinitas fracciones que hay entre un cuarto y un tercio, entre un tercio y dos tercios, entre un tercio y un medio…

3- Tuve sólo un perro y lo vislumbro en los rasgos y formas de todos los animales del planeta.

martes, 18 de mayo de 2010

El haiku más choto del mundo

Soñé que iba
a un telo en Japón con vos
qué lindo sueño




Sí, era sólo para pegar ese link

domingo, 2 de mayo de 2010

casi un poema de amor para él*

Yo entendí, como Superman 2, que era mortal cuando me enamoré.





*el Blog es mejor que twitter porque se puede titular

martes, 20 de abril de 2010

similia similibus curantur













Hace unos días fui a una homeópata por primera vez, buscando la cura a la alergia.
En la sala de espera colgaban títulos en ruso, y otros de la UBA. La gente, muy mayor, que también esperaba no parecía la viva imagen de la salud, y dentro mío la chispa de escepticismo se empezó a agrandar. "La gente sana no va al doctor" -Pensé.
Cuando la doctora me hizo pasar, me indicó que me sentara en un sillón grande de cuero verde mientras ella se acomodaba enfrente mío con una hoja que iba llenando de datos sobre mí.
"¿A qué huele tu sudor?" -Me preguntó. "A sudor" - Dije yo. "¿A chivo?"- Se impacientó ella con acento ruso. Me reí.
Cuando me estaba auscultando me acordé de lo que había leido sobre homeopatía en Wikipedia y del viejo chino misterioso al que una vez fui a acupunturarme, y sentí llegar un ataque de risa que luché con todas mis fuerzas por contener. Seguro se dio cuenta. Me recetó un remedio hecho de bichitos de mar, de caparazón dura e interior blandito, porque dijo, así le parecía que era yo.
"No sé cómo funciona esto..." Le dije, esperando que me explicara algo que yo no hubiera leido en Internet, algo que me hiciera creer que voy a curarme comiento las bolitas de azúcar. "Quiero creer" le hubiera dicho, levantando el puño, y rasgandome un poco la camisa, si me hubiera animado. Quiero creer que voy a curarme tomando un poco de eso que me hace mal, como los que creen que es posible curarse hablando de lo que les provoca angustia. Estamos todos cansados de atacar el síntoma. Así que ¡vengan esos globulitos! Que lo similar cure lo similar, y el bichito marino haga su magia sobre mí, que soy su semejante.

Empieza la Feria del Libro, irónica... Grrr

sábado, 20 de marzo de 2010

Vacaciones

Queridos todos,


Les cuento que llegamos, después de tres películas que no pasaron por el cine, y tres comidas en bandejitas de plástico recalentado a nuestro destino: el mundo antiburgués y romántico del camping patagónico.
El primer día tardamos bastante en armar la carpa porque hacía mucho viento y el frío nos congeló un poco las manos. No esperábamos estos 5 grados en pleno enero, pero ahora por suerte el tiempo está mejorando. Yo todos los días lloro un poco. Me duele la espalda, de noche tengo frío y aunque tenía muchas ganas de ver las estrellas no aguanté más de tres minutos ahí afuera con el vientito helado. Trato de no tomar líquido una hora antes de irme a dormir, porque si tengo ganas de ir al baño de noche tengo que caminar medio kilómetro en la oscuridad total y es probable que no encuentre el camino de vuelta hasta que amanezca. Igual lo paso bien porque F*** se esmera en que me guste, y me da tanta ternura que hasta pienso que en algún momento lo voy a empezar a disfrutar.
Acá está lleno de familias numerosas enteras, con hijos de menos de diez años, que se trasladan de una punta a la otra del país para hacer en sus vacaciones todo lo mismo que hacen durante el año, pero sin heladera, sin cama y sin luz eléctrica. Me impresionan muchísimo, parecen beduinos con carpas gigantes. Tengo la sensación de que las familias de campamentistas no van en busca de excursiones o de aventura, sino que replican la misma vida que llevan en la ciudad, pero al aire libre, y reemplazando la tele por los juegos de cartas en la entrada de la carpa. Nosotros salimos temprano y volvemos a la tarde, y ellos siempre están ahí. Disfrutando de la vida silvestre. Supongo que cuando uno tiene hijos y se va de vacaciones con ellos no hay forma de que no lo siga la rutina.
También hay varios grupos de profesores de educación física, que son los reyes del campamento, porque todo lo hacen bien. Son los que primero arman la carpa, los que juntan la mejor leña y hacen el mejor fuego. Las chicas son las que más rápido se bañan y en general no le tienen miedo a ningún bicho.
Anoche comimos con un fuego que hicimos nosotros. Sentí por un momento una conexión con los primeros humanos, es realmente algo mágico el fuego. Comimos fideos con sal y tierra. Me di cuenta de lo aburguesados que estamos y me detesto por odiar el olor a humo que me queda en el pelo.
No voy a hablar de la experiencia del baño porque conservo algo de orgullo propio.
Los lugares que conocimos son muy lindos, pero todos los que me dijeron que eran espectaculares estaban mintiendo. Nos gustaron los lagos, pero son todos muy parecidos entre sí.
Es obvio que tomé frío porque al cuarto día me resfrié y la fiebre me duró casi una semana. Tuvimos que ir a un hotel por cuatro días porque no paraba de llover y se nos había roto la carpa. Nos salió caro. Todos los hostels están llenos y no hay muchas opciones. Compramos un montón de comida y chocolate y F*** me hizo una sopa con el calentador de agua que usamos en la carpa. Nos metimos en la cama y ahí nos quedamos, durante cuatro días, comiendo y viendo una película tras otra en cable hasta que a mí me bajara la fiebre.
Estamos conversando la posibilidad de ir a Brasil para el año que viene.

Besos a todos, les mando una foto del camping:




lunes, 15 de marzo de 2010

Gran futuro para este chico

Sir Bad y el caso de la muerte del Jipi, por Thomas (11 años)





Del blog de Siempre de viaje y el taller de Cecilia