Cuando tenía más o menos ocho años, mi hermana, que siempre fue una persona con suerte, ganó el sorteo que se hacía en el programa de Flavia Palmiero y tuvimos que ir al canal a buscar el premio, que consistía en un oso de peluche gigante, blanco y negro, con el logo de Yummy en la panza.
Conservo de aquella vez algunos recuerdos fragmentarios de la grabación del programa, entre ellos a Flavia pasando por al lado nuestro luciendo algo que parecía un vestido rosa de Barbie, a Agustina Cherri bailando con los otros "Flavios" -entre ellos el chico rubio de Brigada Cola- o el juego que tenían que hacer los participantes que era algo así como comerse un alfajor, o cortarlo en pedacitos y llevarlos de un lado a otro del estudio.
No nos dieron en esa ocasión el oso gigante: había que ir a buscarlo a otro lugar. Primer enfrentamiento de los niños con la cruda burocracia argentina.
El recuerdo más vívido, sin embargo es éste: Saliendo del estudio, caminando por los pasillos de lo que -creo- era canal nueve, vemos en un rincón el disfraz tirado de Pelín, el ¿koala? amigo felpudo de Flavia. El disfraz presentaba claros signos de suciedad y dejadez. Pasa en ese momento una mamá con su nene y éste exclama :
-¡Mamá! ¡Es Pelín... Está durmiendo!
Conservo de aquella vez algunos recuerdos fragmentarios de la grabación del programa, entre ellos a Flavia pasando por al lado nuestro luciendo algo que parecía un vestido rosa de Barbie, a Agustina Cherri bailando con los otros "Flavios" -entre ellos el chico rubio de Brigada Cola- o el juego que tenían que hacer los participantes que era algo así como comerse un alfajor, o cortarlo en pedacitos y llevarlos de un lado a otro del estudio.
No nos dieron en esa ocasión el oso gigante: había que ir a buscarlo a otro lugar. Primer enfrentamiento de los niños con la cruda burocracia argentina.
El recuerdo más vívido, sin embargo es éste: Saliendo del estudio, caminando por los pasillos de lo que -creo- era canal nueve, vemos en un rincón el disfraz tirado de Pelín, el ¿koala? amigo felpudo de Flavia. El disfraz presentaba claros signos de suciedad y dejadez. Pasa en ese momento una mamá con su nene y éste exclama :
-¡Mamá! ¡Es Pelín... Está durmiendo!
Yo con mis ocho años pensé que ese nene era bastante tonto, pero una vez -no muy alejada temporalmente de ésta- viajando en el trencito de la alegría me llevé la desilusión más grande cuando el conductor frenó de golpe y el Mickey con el que yo estaba bailando gritó con voz de mujer.
Moraleja: nunca, pero nunca llevar a los niños a un estudio de televisión o exponerlos a la cabeza tamaño natural que asoma del hueco de un felpudo de cuerpo gigante. El riesgo es la irremediable ¿pero por qué tan temprana? pérdida de la inocencia.
4 comentarios:
Por favorrr!!! Qué horror ver a Pelín, a su cuerpo sin vida y sucio! Bueno, yo en la época de Pelín ya sabia que había hombres muertos de calor dentro de ellos, pero creo que si me hubiera pasado lo mismo con Grok no habria podido recuperame y tendría algún que otro problemita... Sin comentarios, por favor...
Besos más que grandes...
yo propongo pensar que todo eso era un montaje para no mostrarnos la verdad, que es que todos esos muñecos existían y estaban tomando la leche.... y qué? no puedo tener 26 años y creer en los reyes, los presidentes y las promesas de aumento salarial? todo eso era una farsa. vir... pelín está vivo, y es más, no envejece, y es argentino, y....
yo propongo lo mismo que alexandra!! pelín vive, loco!!! jajaja
besote!
no jueguen con mi mente niñas!
se acuerdan de los muñecos de la peatonal de Mar del Plata? yo tengo una foto con Alf.
¿tiene usted fotos con animales de peluche gigantes? ¿quiere publicarlas en internet? envíelas a ganirivi@hotmail.com!
;-)
besos!!
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